Después de unos 15 minutos recorriendo pasillos interminables y bajando metros y más metros con distintos ascensores, llegáis a la estrella de la corona de la visita guiada: la cámara acorazada del Banco de España.

 

Os detenéis ante su brillante puerta. Te quedas boquiabierto mirándola, cuando, de repente, el guía comienza a hablar y hablar...

 

"Según los últimos datos disponibles, a finales de 2017 el Banco de España contaba con 9,1 millones de onzas de oro, de las cuales, un tercio, se encuentran en la cámara acorazada bajo la plaza de Cibeles (los otros dos tercios están bien guardados en Londres y Nueva York). Esta infraestructura comenzó a construirse en 1932 y finalizó dos años y medio después, por obra del arquitecto José Yarnoz Larrosa. Su coste fue de 9 millones y medio de pesetas, e intervinieron 260 obreros en su construcción. La cámara se inauguró poco antes de la Guerra Civil, durante la cual funcionó como refugio contra los bombardeos.

 

Una de las medidas de seguridad que más impacta a nuestros visitantes es el hecho de que la sala entera se llena con un caudal de agua. El agua procede de dos arroyos subterráneos: Las Pascualas, que corre casi a nivel de superficie a lo largo del Paseo de la Castellana, y Oropesa, que baja por la calle Alcalá y alimenta la fuente de Cibeles.

 

La puerta que veis ahí delante está hecha totalmente de acero. El acero es una aleación de los elementos hierro y carbono. Esta aleación es muy útil para construir estructuras muy resistentes, ya que el acero es muy denso, se puede soldar fácilmente ya que su punto de fusión es más baja que la del hierro por sí solo, y también es bastante maleable.

 

Para poder romper la puerta, se debería hacer una fuerza enorme: equivalente a su propio peso.

 

Si me seguís, os puedo contar más detalles sobre la fabricación de los lingotes de oro que encontraremos en su interior...".